Ante la pasmosa noticia aparecida hoy en medios en la que el ministro Fernandez Díaz acusa a la ONU de criticar la ley mordaza por no habérsela leído, colmo de los colmos, tengo, necesariamente, que dedicarle este soneto al muy respetable y honorable señor Fernández Díaz.
Érase un hombre a una caverna pegado
Érase caverna superlativa
Desde la que tomando iniciativa
Don Fernández siempre nos ha cuidado
De cuidar la libertad ha tratado
De Derechos Humanos ser la guía
Aumentarlos siempre día tras día
Juraría que nunca lo ha logrado
Su caverna tan grande y tan moderna
En la que aunque eleves el grito
No te oye ni una vaca barcena
Muchas gracias muy excelso ministro
Porque su ley de tan buena y prolija
Lo ha convertido todo en delito
adoranser