El perdón no puede justificar nunca la impunidad.
Perdonar no es dejar impune al agresor, porque la impunidad agrede brutalmente a la víctima.
Perdonar significa dejar de odiar.
Perdonar está más orientado a la víctima que al verdugo. Es para liberar a la víctima de perder su vida odiando al agresor.
Pero el agresor debe ser castigado.
Perdonar no significa no castigar, sino dejar de odiar. Perdonar no significa dejar impune, sino dejar de odiar.
La impunidad es más agresión a la víctima que la propia agresión sufrida. La impunidad es la mayor agresión, de todas, que puede sufrir una víctima.
Perdonar, es decir, que la víctima deje de odiar al agresor claro que sí. Pero castigo al agresor, es decir, impedir la impunidad, claro que sí. Perdón y castigo no son antagónicos sino complementarios, son dos caras de una misma moneda: si no hay castigo para el agresor, la víctima nunca podrá perdonar, es decir, la víctima, nunca podrá dejar de odiar, con lo cual, la víctima, además de el daño producido por la agresión, sufre un daño mucho mayor que es perder y cambiar su vida por el odio continuo que le tiene al agresor.
Si el agresor es castigado, esta dinámica, se corta de raíz.
Y el amor debe ser al agresor, se debe amar al agresor (no por ser agresor, sino por ser persona), claro que sí, pero eso no debe hacernos no amar al agredido o agredida, estaría bueno.
El amor incluye amor a la justicia.
El amor a la victima implica, necesariamente, el castigo al verdugo, al que amas también, por eso le castigas, para que no vuelva a repetir esas conductas y tenga una oportunidad de ser buena persona.
El castigo al agresor, es amor al verdugo, amor a la víctima, acaba con la impunidad y, entonces, posibilita el perdón de la víctima al agresor.
Al final, como dice Monedero, todo es una cuestión de Amor.
adoranser el Titiritero
Gracias por darme voz. El no aplicarme la censura te honra. Tu blog me parece interesante, y una forma de tomar la temperatura a la izquierda más radical , aunque mi forma de pensar sea totalmente opuesta, ya me imagino que por decir esto seguramente seré etiquetado de Pepero o de facha…pero lo asumo porque tengo claro que los comunistas si no estás con ellos, estás contra ellos … y en ese tipo de regímenes totalitarios no cabe la discrepancia. No obstante, te reitero, que tu prosa me parece interesante.
Un saludo.
Se aplica a TODOS, sean los verdugos que sean y sean las víctimas que sean. La Justicia no debe entender ni de colores, ni de ideologías políticas, porque si no, simplemente, no sería Justicia. Gracias por el comentario.
Excelente reflexión….pero…¿lo aplicáis también a las víctimas del terrorismo y sus asesinos?… Me temo que no… Que en este caso pervertís la verdad si convertís en víctimas a los verdugos …. Por cierto, si vas a seguir censurando todos mis comentarios te agradecería que me lo indicases aunque sea por mensaje privado, así me ahorraría tener que escribir en tu blog para nada…