Tú, imagínate al pobre Dios con la Humanidad.
Hace muuucho tiempo, Dios le decía a la gente: «Hay que ser buenos, llevarse bien.» Ni caso.
«Bueno, mandaré a los profetas a la tierra, para que le digan esto mismo a la gente, porque yo, aquí en las alturas, pues como que no me oyen.»
Nada, la peña se cargó a los profetas cuando les decían que fueran buenos.
«Bueno, -dice Dios-, a lo mejor es que los profetas, no se han explicado bien… Voy a bajar yo a decirles que deben ser buenos, llevarse bien…»
Nada, que encima, cogen a Dios y lo crucifican. El pobre, a punto de morir en la cruz, suspiró de desesperación diciendo: «Padre, perdónales porque son gilipollas, no se enteran de nada.»
Lo que pasa, es que como Dios era muy cabezón y muy rebelde, pensó para sí: «¿Que me crucificáis y me matáis? Pues ahora os jodéis, que voy y resucito, que pa eso soy Dios, no te jode… » (El colmo de la resistencia, oyes, no se muere ni aunque lo maten) Se piró y, hasta ahora…
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