La paciencia es buena, necesaria, se debe practicar y se debe llegar hasta agotar. Pero cuando se debiera haber agotado la paciencia y, se sigue esperando, entonces no se llama paciencia sino cobardía.
También, hay que ser prevenidos, preparar las cosas, ajustarlas pero un exceso de prevención, el querer tenerlo asegurado todo antes de iniciar la acción para prevenir el fracaso, a lo que lleva, es a la inacción y al fracaso absoluto, seguro.
Las y los valientes, son pacientes y prevenidos, pero siempre actúan con, bajo un grado más o menos grande de incertidumbre.
Valiente no es el que no tiene miedo (eso es ser inconsciente) y tampoco el que se sobrepone al miedo, sino, más bien, el que siendo paciente y prudente, actúa bajo un cierto grado de incertidumbre y emprende sus propósitos. La incertidumbre, al fin y al cabo, es lo que provoca, es la causante del miedo, del miedo al fracaso.
Nosotras y nosotros, Podemos, somos valientes.
adoranser